Hace algunos años tuve la posibilidad de conversar con uno de los industriales más importantes del Ecuador, en esa conversación aprovechando que recientemente habíamos firmado un convenio para la realización de un gran proyecto de inversión privado para ese grupo, aproveché el momento para sugerirle que porque no desarrollamos de manera conjunta un nuevo proyecto industrial, a lo cual después de reflexionar un poco y de dejar su lata coca cola en su escritorio, se tomó un tiempo, camino miro desde el ventanal de su oficina la planta de ensamblaje y me dijo “ESTA EMPRESA SE HIZO RICA COMPRANDO TECNOLOGÍA DE SEGUNDA GENERACIÓN EN LOS PAÍSES DEL PRIMER MUNDO A PRECIOS MUY BAJOS, LO TRAEMOS AL ECUADOR Y LO VENDEMOS A PRECIOS DE TECNOLOGÍAS DE ULTIMA GENERACIÓN” con el tiempo me di cuenta hablando con muchos empresarios que era una política de “RIESGO CERO” muy generalizado en de toda Latinoamérica, con algunas honradísimas excepciones. La filosofía de “COMPRAR BARATO Y VENDER CARO”, lo cual convirtió a algunos en personas muy ricas con mercados cerrados de poca o nula competencia, donde por políticas proteccionistas, alta corrupción e inestabilidad política y jurídica hacen que los empresarios busquen proyectos de corto plazo y rápida recuperación del capital, utilizando recetas ya probadas en el primer mundo e implementándolas en los mercados locales, debido a esto no es importante contratar al mejor talento humano sino al más barato, pero vender caro para compensar la inestabilidad política de la región. Pero el mercado desde hace un tiempo está cambiando. El Covid 19 provoco un aceleramiento de cambio de tendencia a nivel mundial, la digitalización de las operaciones, la posibilidad de vender en cualquier parte del mundo a través de una computadora, la robótica e inteligencia artificial obliga a las empresas a generar nuevos productos y servicios diferenciados de la competencia y pensados para el mercado global. Esto no solamente van a posibilitar ganar más, sino también no depender de los mercados internos, volátiles e inciertos, para lo cual deberán contratar al mejor personal, sino INVERTIR A RIESGO en investigación y desarrollo, como lo hacen la mayoría de los empresarios del mundo que tanto admiramos. A similitud de lo que ocurrió otrora con la era de los dinosaurios que dominaron el mundo, ahora este cambio, se está produciendo mucho más rápido de lo que la gente cree y puede tomar a los empresarios que no estén preparados de sorpresa condenándolos irremediablemente a desaparecer.